26 mayo 2008

DESDE EL BALCÓN DE LA ALHAMBRA


Dame limosna mujer, que no hay en el mundo nada, como la pena de ser, ciego en Granada

Fotografía: Alberto Ramírez

12 comentarios:

Mer dijo...

Albert, ¿todo bien? Espero que si. Ni actualizas, ni te veo, espero que sea por aprobar oposiciones.Magnifica Granada, y sus bares. . .no te digo ná. Un beso

el aguaó dijo...

Ese balcón tiene algo que hace que el tiempo se pare. Que se suspenda el reloj. Que las agujas se paren.

El balcón de Granada.

Un abrazo amigo Moris, y suscribo las palabras de mi querida Mer, espero que todo vaya como debe de ir.

Maru Serrano dijo...

aims, qué bonito

Anónimo dijo...

Cuanta razón en en el dicho que acompañan a esta bella foto.

Pero lo que mas me ha gustado de ambas es que están en tu esfera.

Un abrazo.

Moe de Triana dijo...

Que buenas vistas miarma...

¡Un saludasso!

Enrique Henares dijo...

Esa ciudad me tiene loco hace bastante tiempo...

Roberto Villarrica dijo...

Grandiosa ciudad. La Alhambra, un gozo para los sentidos. Estuve allí en noviembre y me encantó. La Iglesia de los Jerónimos es tb espectacular. Y la capilla Real. No tanto la Catedral.

Totalmente recomendable y además muy cerquita.

Un saludo Alberto

María_azahar dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
María_azahar dijo...

La Alhambra me embruja, la vez que la visité me quedé maravillada y la ciudad en sí es de mis favoritas después de Sevilla y no me importaría vivir allí en absoluto, pues es igualmente mágica. Tengo una visita pendiente, ya que estuve hace muchos años y tengo ganas de perderme entre sus calles y de redescubrir todos sus encantos.

Un saludo.

Marijolamejo dijo...

Qué bonitoooo!!! Creo que ya me va tocando ir pa ya' a conocerlo. Es un viaje ke tengo pendiente.

Pd.: qué te gusta hacer fotos alvaritoooo!!! jejeje

Muchos besosss.

Reme dijo...

Yo conozco la Alhambra y Granada pero no me importaría ir de nuevo. Es una maravilla sin duda alguna.

Reyes dijo...

Me senté en un mirador a ver la puesta de sol sobre la Alhambra y no podía irme.
Son de esos momentos que cuando estás desesperado los recuerdas y entonces comprendes que la vida tiene sentido.
Hermosa ciudad.