Ay escaparate de Cuaresma,
prodigio de priostes y camareras.
Eres un cartel de primavera,
el mejor que el Consejo elegir pudiera,
un signo de los días que llegan
engalanado con las tradiciones de la tierra.
Por la Campana eres nazareno bombonera
entre el pestiño y la torrija morena.
Y pasitos de papel de plata llena,
con canastos, canastillas y trabajadera.
En una óptica cualquiera
te conviertes en galería de nuevas promesas.
Una Virgen, San Juan, la Magdalena,
y hasta un Ecce Homo del joven Estepa,
hacen de tu vitrina una muñequería de primera.
Hasta El Corte Inglés adorna su cristalera
apuntándose a esta moda callejera,
con imágenes, incienso y trompetas
que atraigan a su nutrida clientela.
Y en Chicarreros eres clasicismo de buenas maneras.
Velasco lleva por nombre esa tienda,
quincalla que dirían nuestras abuelas,
donde hay botones, hilos y moda corsetera.
Mas cuando la Semana Santa se acerca,
engalana su pecera con cordones de seda,
escudos de túnicas y fajas costaleras.
Brocados de finas telas,
blondas, mantillas y fajines de hebrea.
Y todo en vuelto en colores de pasión y penitencia.
No le falta ni un perejil a este altar de cristal y acera,
sólo que el Perejil le cante una saeta
entre el redoble del tambor de la Sentencia
y con letra de Don Carlos Herrera.
Cuando los días grandes se hagan realidad plena
muchos pasaremos por tu vera:
nazarenos, músicos y cofradías enteras,
y admiraremos como se visten por estas fechas
nuestros escaparates de Cuaresma.
prodigio de priostes y camareras.
Eres un cartel de primavera,
el mejor que el Consejo elegir pudiera,
un signo de los días que llegan
engalanado con las tradiciones de la tierra.
Por la Campana eres nazareno bombonera
entre el pestiño y la torrija morena.
Y pasitos de papel de plata llena,
con canastos, canastillas y trabajadera.
En una óptica cualquiera
te conviertes en galería de nuevas promesas.
Una Virgen, San Juan, la Magdalena,
y hasta un Ecce Homo del joven Estepa,
hacen de tu vitrina una muñequería de primera.
Hasta El Corte Inglés adorna su cristalera
apuntándose a esta moda callejera,
con imágenes, incienso y trompetas
que atraigan a su nutrida clientela.
Y en Chicarreros eres clasicismo de buenas maneras.
Velasco lleva por nombre esa tienda,
quincalla que dirían nuestras abuelas,
donde hay botones, hilos y moda corsetera.
Mas cuando la Semana Santa se acerca,
engalana su pecera con cordones de seda,
escudos de túnicas y fajas costaleras.
Brocados de finas telas,
blondas, mantillas y fajines de hebrea.
Y todo en vuelto en colores de pasión y penitencia.
No le falta ni un perejil a este altar de cristal y acera,
sólo que el Perejil le cante una saeta
entre el redoble del tambor de la Sentencia
y con letra de Don Carlos Herrera.
Cuando los días grandes se hagan realidad plena
muchos pasaremos por tu vera:
nazarenos, músicos y cofradías enteras,
y admiraremos como se visten por estas fechas
nuestros escaparates de Cuaresma.
Fotografía: Alberto Ramírez