14 noviembre 2009

EL CRUCIFICADO DE MONTE-SIÓN ( III )

En esta entrada finaliza el articulo El Cristo de la Salud, una devoción camino de los 450 años. Al ser la última parte de este extenso estudio se adjunta toda la bibliografía consultada y estudiada.

La tarde del viernes 18 de julio se sublevan los mandos militares contra el gobierno de la República. Las brigadas incendiarias como respuesta comienzan a prender fuego a las iglesias, siendo la zona de San Julián y San Marcos de las más castigadas. No arremeten contra el Convento de Santa Paula, que, según la leyenda que existe en la clausura, estaba protegido por un anciano que se paseaba y que han querido identificar con San Jerónimo. Por el contrario, entran en la Capilla de Monte-Sión y lo sacan todo a la calle. Arrojan las túnicas que hicieran “las Pardales” un año antes por el ventanal que coronaba la puerta y que se depositaban en el coro. Abren un armario y encuentran la talla del Cristo de la Salud y lo tiran junto a los Apóstoles, los pasos, los enseres de la cofradía, el cuadro del Salvador, etc. Todo ello sería en pocos minutos pasto de las llamas. Por suerte, José Cabello Troncoso, días antes, refugió el resto de las Imágenes en el Archivo de Protocolos. El lunes 21 me llamó por teléfono D. José Cervera, D. José “el de Protocolo”, y me dice que todo estaba abierto y que la gente entraba y salía de Monte-Sión. Cuando llegué aquello era un desastre. Nada más entrar había un armario donde había estado el Cristo de la Salud y sólo quedaba la cruz y un brazo clavado a ella (13).

Altar de Cultos de la Virgen del Rosario en la Parroqui de San Martín

Tras la guerra comienza a recomponerse la Hermandad , con nuevas Reglas aprobadas en 1938. A los Titulares se les seguía rindiendo culto en San Martín hasta el retorno glorioso a su Capilla de la calle Feria en la tarde del 14 de diciembre de 1952. Una vez ubicadas las Imágenes en el altar mayor, el retablo de la pared del Evangelio quedaba vacío. Con el mismo espíritu benefactor con el que D. Domingo Planas Blávia había afrontado estas obras de reforma, D. José Luís Ruiz Muñoz, Mayordomo de la Hermandad , se comprometía a llenar ese vacío físico y devocional. Fue de los hermanos fundadores de la Cofradía de Santa Marta, quizás por su labor hostelera como dueño del Hotel Biarritz en el número tres de la calle Martín Villa. En 1953 había causado gran impacto en la Semana Santa el misterio del Traslado al Sepulcro de esta corporación, gubiado con gran acierto por el imaginero sanroqueño Luís Ortega Brú. Debido al éxito y a la acogida con la que el pueblo de Sevilla recibió este grupo escultórico, y por el trato que había mantenido Ruiz Muñoz con el imaginero, decide encomendarle la realización de la imagen del Santísimo Cristo de la Salud. Por las características de la obra se entiende que en el encargo se dejaba claro que no procesionaria la tarde del Jueves Santo.

Luis Ortega Brú portando al Cristo de la Caridad de la Hermandad de Santa Marta

Ortega Brú se inspira para su obra en el Cristo de la Conversión del Buen Ladrón, de la Hermandad de Montserrat, del maestro Juan de Mesa (1623). Las dimensiones de ambos crucificados son similares. Asimismo, los dos giran la cabeza hacia la derecha con la boca en actitud de hablar, presentando la corona de espinas tallada en el mismo bloque craneal. También se alza sobre una cruz arbórea sujetado por tres clavos de cabeza piramidal, al igual que el sudario anudado hacia el lado derecho de tipo cordilifero, delatando aires montañesinos. Pero a pesar de ello, nuestro Crucificado tiene una personalidad propia consustancial a su autor, que no deja indiferente a nadie. Como el mismo Ortega Brú decía: Todas mis esculturas son desgarros. Mi arte es la expresión del alma de mis amigos que han muerto luchando por un ideal. Son como sueños torturados (...) Los que me tachan de duro no saben que no puedo vender mi arte a los que sólo quieren ver reflejados muñecos bonitos (...) el Cristo es como un grito desgarrado (15). A Ortega Brú le gustaba llamarlo Cristo de las Lágrimas, quizás por la que vierte unos expresivos ojos sobre la mejilla derecha. Antes de entregar la imagen, finalizada en los talleres de Pérez Calvo, realiza una exposición en la desaparecida Galería Cubiles, acompañando a nuestro Crucificado un grupo de la Piedad para la Línea de la Concepción y cuatro cartelas en altorrelieve para el paso de la Sentencia de la Hermandad de la Macarena. En ese mismo año talla otro crucificado para la Parroquia de la Inmaculada de la localidad gaditana de Campamento, repitiendo el mismo modelo del Crucificado de la Salud , haciendo lo mismo con otros dos, el Cristo de la Vera-Cruz de Manzanares (Ciudad Real) y uno que remataría el Calvario de un altar para una parroquia de la capital.

Primera fotografía del Crirto de la Salud en la desaparecida Galeria Cubiles

El Viernes de Dolores 9 de abril se procedería a la bendición, besapies y solemne Vía-Crucis del Cristo de la Salud. A las nueve de la mañana se bendijo por el entonces Director Espiritual, el capuchino Fray Buenaventura de Cogollos Vega, quedando posteriormente expuesta en devoto besapies. El Vía-Crucis comenzaría a las ocho de la tarde, dirigido por fray Daniel María de Palencia, por el siguiente itinerario: Feria, Torrejón, Alberto Lista, Saavedra, San Martín, Cervantes, Don Pedro Niño, Lepanto, Pozo Santo, Misericordia, Encarnación, Alcázares, Sor Ángela de la Cruz , Gerona, San Juan de la Palma , Feria, Castellar, Laurel, Almirante Espinosa y Feria. Se citó a los hermanos a las 7,45 de la tarde en la Capilla para acompañar a la nueva imagen en el solemne Vía-Crucis de desagravio (16). Siguieron a este otros dos al Hospital de la Cinco Llagas donde se cree se fundó la Hermandad , siendo depositado en su magnífica iglesia y haciéndose las estaciones por las distintas salas de la planta baja del amplio establecimiento benéfico-sanitario (17).

Fray Buenaventura de Cogollos Vega, Director Espiritual de Monte-Sión en 1954, persona que bendijo el Cristo de la Salud

Imágen tomada el día de la bendición del Cristo de la Salud en la Capilla de Monte-Sión

A las 12 del mediodía del 17 de junio de 1954 se reune la Junta de Gobierno en Cabildo de Oficiales. El entonces Mayordomo, y donante de la imágen del Cristo de la Salud, hace constar en actas: (18)

(…)

Nuestro Mayordomo Sr. Ruíz Muñoz presenta un escrito referente a su donación del Stmo. Cristo de la Salud con su deseo de que se haga constar en acta la copia literal del mismo; la Junta una vez conocido dicho escrito acuerda acceder a dicha propuesta, haciéndose también constar en acta el unánime agradecimiento por dicha donación, así como por la hermosa labor que viene llevando a cabo durante el tiempo que lleva desempeñando el cargo de Mayordomo.

Dicho escrito es como sigue:


“Comparece Don José Luis Ruíz Muñoz, mayor de edad, casado, industrial, vecino de Sevilla, y con domicilio en calle Martín Villa nº 3.


Que, el compareciente, ha decidido donar a la Cofradía de la Sagrada Oración en el Huerto y María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos de este capital, con Capilla propia denominada de Monte-Sión, de la actualmente es Mayordomo Primero, una Imagen del Crucificado, de su propiedad, previamente bendecida por el Director Espiritual Fray Buenaventura de C. Vega, de la que es autor el escultor imaginero Don Luis Ortega Brú.


Este Crucificado que se titula de la Salud, sustituye al que las hordas destruyeron el día 18 de julio de 1.936, en la Plaza de los Maldonados (vulgo de los Carros), que recibiera veneración en la Capilla de la Hermandad.


Es de madera de ciprés y su actitud expirante, con el pecho alzado y la espalda separada del santo madero, en una posición parecida al de la Cofradía de Montserrat. Sus dimensiones son dos metros de extremos de pies a cabeza y uno noventa de mano a mano en su mayor longitud. Para su más fácil identificación se une a esta acta una fotografía de la Imagen.


Yo el notario, doy fe de que la misma responde a la donación del compareciente, haciéndolo constar así en el reverso de la postal.


Las condiciones de esta donación son las siguientes:


Primero.- Habrá de recibir culto, precisamente en la Capilla de Monte-Sión, y la Cofradía se comprometerá a celebrar en su honor al menos una misa solemne al año, en la fecha que estime.


Segundo.- Podrá celebrar asimismo cuantos cultos internos o externos tenga a bien, entrando el Cristo a formar parte del tesoro artístico de la corporación desde este momento.


Tercero.- La Hermandad se comprometerá solemnemente a no ceder, ni enajenar bajo ningún concepto ni pretexto, ni en circunstancia ninguna la Imagen donada, la que tampoco podrá ser prestada ni trasladada de la Capilla donde permanecerá constantemente.


A la presente acta, se une testimonio literal del acuerdo consignado en la correspondiente de la Junta de Gobierno, aceptando la donación con las tres condiciones dichas, previamente conocidas, y una fotocopia de una copia autorizada de la presente escritura pasará a integrar el Archivo de la Cofradía, uniéndose al libro que corresponda.”


(…)


Homenaje de la Hermandad de Monte-Sión a D. José Luis Ruíz Muñoz, donante de la imágen del Cristo de la Salud


En torno a esos años comenzó a fraguarse por un “grupo de locos” que compartían entusiasmo, desvelo y juventud lo que en 1960, y con motivo del 400 Aniversario Fundacional, sería la Bolsa de Caridad. En recuerdo de ésta, titulaban al crucificado Santísimo Cristo de la Salud y Caridad, realizando en torno a él ejercicios espirituales para ambos sexos en Cuaresma. Esta bella advocación no ha sobrevivido en su totalidad, quizás por no realizar una reforma de Reglas en su día incluyendo la Imagen como titular de la Corporación. No será hasta la década de los setenta cuando se incluya como titular el Cristo de la Salud en las Reglas y se instituya su anual Triduo, Besapies y Vía-Crucis, continuando sus cultos hasta la fecha y sin interrupción.


Notas .

13.- Buscando en nuestra historia. Boletín Hermandad de Monte-Sión nº 62. Entrevista a D. Gabriel Ramos Ayerbe. Enero, 2003.

14.- Hernández Díaz, José – Sancho Corbacho, Antonio: Estudio de los edificios religiosos y objetos de culto de la ciudad de Sevilla saqueados y destruidos por los marxistas. Sevilla, 1936.

15.- Alfageme Ruano, Pedro: Luís Ortega Brú (1919-1982).

16.- Diario El Correo de Andalucía, 7/4/1954.

17.- D. Ramón. Cristo de la Salud. Boletín Hermandad de Monte-Sión nº 3. Ago. 1960.

18.- Acta de Cabildo de Oficiales del 17 de junio de 1954. (A. H. M)

Bibliografía .

- Abad Sánchez Gordillo, Alonso: Religiosas Estaciones que frecuenta la religiosidad sevillana. Sevilla 1982

- Arenas González, Hilario: El Crucificado de Monte-Sión. Diario ABC, 20/3/1973.

- Bermejo y Carballo, José: Glorias religiosas de Sevilla. 1882.

- Carrero Rodríguez, Juan: Anales de las cofradías sevillanas. Sevilla, 1991.

- Diario El Correo de Andalucía, 23/3/1954 y 7/4/1954.

- García Gutiérrez, Pedro F. – Landa Bravo, José: La escultura de la Prehistoria al Gótico.

- González de León, Félix: Noticia artística de todos los edificios públicos de esta muy noble ciudad de Sevilla. Sevilla 1843. Reedición, Sevilla 1973.

- Hermosilla Molina, Antonio: La Pasión de Cristo vista por un medico. Sevilla, 2000.

- Hernández Díaz, José – Sancho Corbacho, Antonio: Estudio de los edificios religiosos y objetos de culto de la ciudad de Sevilla saqueados y destruidos por los marxistas. Sevilla, 1936.

- Pedregal Sanmartino, Luís Joaquín: La Cofradía de Monte-Sión celebra en 1960... Archivo Hispalense. Tomo XXX, nº 93-94 (1959).

- Pérez-Embid, Florentino: Pedro Millán y los orígenes de la escultura sevillana. Madrid, 1973.

- Rodríguez Gatius, Benito: Luís Ortega Brú. Biografía y obra. Sevilla, 1995.

- V.V.A.A. Crucificados de Sevilla.. Vol. I. Sevilla,

- V.V.A.A. Las cofradías de Sevilla en el siglo XX. Sevilla 1999.

- V.V.A.A. Misterios de Sevilla. Vol. II. Sevilla, 1999.

Texto: Alberto Ramírez Jiménez

Fotos: Manolo Morales. José María Delgado Ramón

Video: montaje y fotografía de Alberto Ramíerez Jiménez


11 noviembre 2009

EL CRUCIFICADO DE MONTE-SIÓN ( II )

A continuación reproduzco la segunda entrega del articulo El Cristo de la Salud, una devoción camino de los 450 años. El mísmo se inicia con el traslado de la hermandad al convento dominico de Santa María de Monte-Sión y el culto a una nueva imágen de crucificado, para finalizar con los tristes sucesos de la tarde del 18 de julio de 1936.


Cristo de la Sangre. Écija

En 1574 se produce el traslado de la Hermandad al Convento de Monte-Sión, y en 1580 el provisor del Arzobispado aprueba nuevas Reglas, bajo el título del Santo Cristo de la Salud y Nuestra Se ñ ora del Rosario, con carácter de Hermandad de luz. Una vez en Monte-Sión, es otra imagen de crucificado a l a que rinden culto y la que hace Estación de Penitencia, donación de Catalina de (en blanco) hermana de esta santa cofradía, que es la que dio el Cristo Crucificado que tiene esta santa cofradía, que está en la Nueva España (8). Esta nueva imagen se atribuye al quehacer del sevillano Gaspar del Águila, según esc ritur a publicada por Celestino López Martínez fechada el 29 de julio de 1568. En ésta el contratante es el Convento de Monte-Sión, y en su nombre el superior fray Pedro de Carrizoça, que tendrá dos baras y ochavas de estatura y se realizaría de pino de segura y la cruz de borne (9), siendo el precio de su ejecución treinta duc ados. Un año antes este escultor contrató otro crucificado para el convento de los agustinos de Écija, hoy venera do como Cristo de la Sangre en la Parroquia de Santa Cruz de la misma localidad. Parece extraño, atendiendo a la publicación de Celestino López, que siendo la Imagen donada por una hermana aparezca el propio monasterio de monjes dominicos como contratantes de la obra, cuando ésta era para la Hermandad y no para el Monasterio. Además, el material con el que estaba realizado era de pasta de madera y tenía rasgos indianos, cuestiones estas que desmontarían la versión de Celestino López. Hilario Arenas en su articulo del ABC, anterio r mente mencionado, aclara que todo se trata de una confusión de C. López Martínez con el crucificado que Gaspar del Águila tallara para el Convento. Sea como fuere, la nueva Imagen presidiría el altar mayor de la Capilla hasta 1605, cuando en cabildo fue acordado que en el altar mayor de esta capilla se ponga la imagen de Nuestra Señora y se quite el Cristo Crucificado y se ponga en el altar que está a la mano izquierda del dicho altar (10).


Retablo Mayor de la Capilla de Monte-Sión antes del 18 de julio de 1936. Por acuerdo del Cabildo la Virgen del Rosario preside el altar desde 1605, año en que fue retirda la imágen del crucificado (Foto: Manolo Morales)

La localización de los Libros de Acuerdos en el Archivo General del Arzobispado permiten también recomponer cómo era el cortejo procesional en esos años. Por aquel entonces la Hermandad sacaba los pasos de los cinco misterios dolorosos, siendo el último la Crucifixión , figurando la Imagen del Cristo del Coral que traían de Santa Paula sólo para la procesión del Jueves Santo, hasta ser sustituido por este otro crucificado. En 1590 deciden suprimir la salida de varios de los misterios por el mal estado que presentaban, permaneciendo únicamente la Oración en el Huerto y el Crucificado, que continuó saliendo hasta 1688, porque no es menester más que el paso de la Oración del Huerto, por ser el primero de los sinco misterios dolorosos del Rosario (11), vendiendo sus andas para costear parte del paso de misterio encargado al tallista Bernardo Simón de Pineda. A través del acta de cabildo celebrado en la Capilla el 24 de febrero de 1611 se puede recomponer la forma en la que era y en la que desde en adelante sería portado en la procesión el Cristo de la Salud : Juan Flores alcalde dijo que hace saber a este cabildo cómo el llevarse como se ha llevado el Cristo Crucificado por una persona ha sido con mucho riesgo de poderse hacer pedazos, además que no va con la decencia que conviene. Y que esto se podrá obviar con que se hagan unas andas con su calvario. Y que lo lleven cuatro o seis hermanos. Y para ello ofrece hacerlas a su costa (...) Las personas que llevaren el dicho Cristo han de ser hermanos de la cofradía y los que señalaren los alcaldes de la dicha cofradía (12). El Cristo de la Salud salía en segundo lugar, tras un cortejo de mucha cera siendo el primer paso el misterio de la Oración en el Huerto, como se describe en una crónica de 1663, cuando la cofradía se refugió en la Catedral a causa de las fuertes lluvias, retornando al barrio de la Feria la tarde del domingo 15 de abril.

Es este el Crucificado que permaneció en el muro del Evangelio de nuestra Capilla hasta el 18 de julio de 1936. Cuatro años antes, en 1932, se trasladan las imágenes del Señor de la Oración , el Ángel y la Virgen del Rosario a la Capilla del Sagrario de la Iglesia de San Martín, dejando sólo el Crucificado de la Salud. La Capilla se usaría como almacén, donde cada año retornarían nuestros Titulares para salir en Semana Santa y después ser devueltas a su destierro.

"De la perfumería Tena sacaron los marxistas varios automóviles a la Plaza de Churruca, y después de rociarlos con gasolina, fueron pasto de las llamas"


Notas .

8.- Archivo General del Arzobispado de Sevilla. Sección III (Justicia)-Serie Hermandades. Legajo 13, folio 28 recto.

9.- López Martínez, Celestino: Desde Jerónimo Hernández...

10.- Archivo General del Arzobispado de Sevilla. Sección III (Justicia)-Serie Hermandades. Legajo 13, folio 78 recto.

11.- Archivo General del Arzobispado de Sevilla. Sección III (Justicia)-Serie Hermandades. Legajo 13, folio 188 recto.

12.- Archivo General del Arzobispado de Sevilla. Sección III (Justicia)-Serie Hermandades. Legajo 13, folio 94 vuelto y 95 recto.

13.- Buscando en nuestra historia. Boletín Hermandad de Monte-Sión nº 62. Entrevista a D. Gabriel Ramos Ayerbe. Enero, 2003.

14.- Hernández Díaz, José – Sancho Corbacho, Antonio: Estudio de los edificios religiosos y objetos de culto de la ciudad de Sevilla saqueados y destruidos por los marxistas. Sevilla, 1936.


Texto: Alberto Ramírez Jiménez

09 noviembre 2009

EL CRUCIFICADO DE MONTE-SIÓN ( I )

En estos días previos a la salida del Cristo de la Salud de la sevillana hermandad de Monte-Sión, cobra de nuevo actualidad un articulo que escribí para su boletín informativo. El mísmo paso a reproducirlo en esta esfera, integramnete y con algunas novedades que apenas han salido de los libros de actas. Debido a su extensión, lo haré en tres entrgas. Ahí dejo la primera.

El Cristo de la Salud, una devoción camino de los 450 años

El año 2004, además del acontecimiento glorioso y único de la Coronación Canónica de Santa María del Rosario en sus Misterios Dolorosos, se cumplieron otras efemérides, ninguna de ellas celebrada, entre las que destaca sobremanera el cincuentenario de la hechura del Santísimo Cristo de la Salud. A pesar de ser esta una Imagen contemporánea, no lo es su devoción y arraigo en la Hermandad , que viene a remontarse a los orígenes mismos de ésta.

El nacimiento de nuestra corporación continúa envuelto en un halo de suposiciones y conjeturas que, la mayoría de las veces, carecen de apoyo documental. Así, González de León, en 1852, apunta que nada podemos decir de esta cofradía, si no que es de las antiguas (1). Treinta años después, Bermejo y Carballo sitúa el origen de la Hermandad según dicen los escritores de esta ciudad (2) en el Hospital de las Cinco Llagas en torno a 1560, que a su vez era fruto de una radicada en la ermita de Belén, compuesta de barqueros y gente del río (3) , y de la Oración en el Huerto del mencionado hospital extramuros. Montoto la cree producto de otras dos hermandades, la de la Santa Oración en el Huerto y la de Nuestra Señora del Rosario.

Otra corriente viene del historiador y ex Hermano Mayor Hilario Arenas, que sitúa el origen de la Hermandad en el Convento de Santa Paula y en un grupo de disciplinantes reunidos en torno a un crucificado. A diferencia de los autores anteriormente mencionados, parece ser que Hilario Arenas sí contaba con apoyo documental, los Libros de Acuerdos hallados por él en 1970 en el Archivo General del Arzobispado de Sevilla, cuyo año de partida es 1588. En un artículo publicado por el diario ABC el 20 de marzo de 1973, bajo el título El Crucificado de Monte-Sión, Hilario Arenas escribe: hemos estudiado paso a paso los libros de cabildo, y así, podemos recomponer la vida corporativa de la cofradía, que ya supera con creces los cuatro siglos de existencia (4). Arenas no comulga con el origen que Bermejo en su obra le otorga a Monte-Sión, y que popularmente se ha venido y viene creyendo, dando como dato significativo el que el asentamiento de los frailes dominicos en el convento de la calle Feria, la adquisición de los hermanos del solar donde se construiría la Capilla y la fundación del Hospital de las Cinco Llagas es simultánea.

Este Crucificado, que aún hoy se venera en el altar que tallara Felipe de Ribas en la nave de la Epístola del Convento de Santa Paula, es una talla de estilo gótico atribuida al entallador de imágenes Pedro Millán, discípulo de Nufro Sánchez y continuador de Mercadante de Bretaña en la técnica del barro cocido. Trabajó para el exterior de la Catedral de Sevilla en las portadas del Bautismo y del Nacimiento, y en el exorno escultórico de distintas capillas del templo metropolitano. En torno a 1504 trabaja con Niculoso Pisano en la portada de la iglesia conventual de Santa Paula, realizando seis medallones con escenas hagiográficas y cuatro ángeles sobre el fondo de las enjutas. A tenor de lo expuesto, podría pensarse que el Crucificado pertenece a esos años en los que Pedro Millán estuvo trabajando para el cenobio jerónimo de Santa Paula, y que por lo tanto la imagen estaba ya en el convento cuando en torno a su devoción surgió un grupo de disciplinantes para rendirle culto. Hilario Arenas, por el contrario, es de la hipótesis de que este germen de lo que después sería nuestra Hermandad debió trasladarse al convento a fines del siglo XV, donde firmaron carta de hermandad con las monjas, como se recoge en el cabildo de 7 de abril de 1591, cuando la Hermandad ya radicaba en el convento dominico de Monte-Sión: Este día se trajo de las señoras monjas de Santa Paula, nuestras hermanas, una alcancía en las que se hallaron setenta reales y más veinte y dos libras de cera en candelas y más unas potencias de plata con piedras engastadas en ellas para el Cristo Crucificado que es nuestro y está en el dicho convento de las señoras monjas (5).

El Crucificado, de madera y no de barro cocido que era la especialidad del autor, se caracteriza por una tendencia a la verticalidad de su estilizada anatomía, tórax abultado con las costillas señaladas, paño de pureza recogido sobre las rodillas en quebradizos pliegues y corona de espinas trenzada y tallada en la misma cabeza (6). Se presenta muerto, lanceado ya por Longinos, de cuyo costado derecho emana un abundante reguero de sangre que llega incluso a empaparle el sudario. El rostro se reclina sobre el hombro diestro, dejando caer su larga y ondulante cabellera y está sujeto por tres clavos a la cruz, que no es arbórea, sino plana de color oscuro y bordes dorados.

La advocación de Cristo del Coral se debe a la leyenda que cuenta como dos mancebos depositaron en el convento un cofre y viendo las monjas que estos no venían decidieron abrirlo, encontrando en su interior la imagen del Crucificado acompañado de un rosario de coral. Este rosario se conserva como un relicario en la sacristía de la iglesia conventual donde al dorso figura: “Origen de los Corales que contiene este relicario. Se presentaron un día en este Monasterio de Santa Paula dos jóvenes y dejaron en deposito un hermoso cajón cerrado. Pasaban años y años y jamás volvieron los conductores a recoger su tesoro. Entonces las Religiosas determinaron abrirlo, quedando gustosamente sorprendidas al descubrir la Sta. Imagen de Jesús Crucificado que se venera en este Altar y juntamente estos Corales. Por este motivo se titula El Señor de los Corales”.

De la devoción que le profesaba el pueblo de Sevilla nos da cumplida cuenta el Abad Alonso Sánchez Gordillo en sus Religiosas Estaciones que frecuenta la religiosidad sevillana, escrito alrededor de 1612, describiendo la Estación que se hace delante de una Imagen de Jesucristo Nuestro Señor (...) en especial los que pretenden tener estado para salvarse, y los que tienen falta de salud, o desean el buen suceso de personas ausentes y su venida con prosperidad. Hacen esta estación en cinco días de viernes, y se ponen en pié en su presencia y allí rezan treinta y tres Padrenuestros y un Avemaría, en memoria de los años que Jesucristo Señor Nuestro converso en este mundo, o treinta y tres Credos ofrecidos a su Gloriosa Pasión. Y los que van afligidos por muestra de mayor humildad, suelen desde la entrada de la puerta de la Iglesia , hasta el Altar donde la Santa Imagen está ir de rodillas, y el último viernes hacer celebrar una Misa en su Altar donde ponen para ello dos candelas que hasta que se consumen se quedan allí. (...) Hanse visto de esta devoción grandes milagros y en su particular el que se manifiesta con un ramo de coral que está en los pies de la Santa Imagen , de un hombre que estando en las Indias y haciendo su mujer la referida Estación, le trajo Dios a su casa quando menos pensaba movido a ello en el tiempo que por el se hacia la Estación de la Imagen del Santo Cristo (7).

Notas .

1.- González de León, Félix: Historia crítica y descriptiva de las cofradías de penitencia, sangre y luz, fundadas en la ciudad de Sevilla. 1852.

2.- Bermejo y Carballo, José: Glorias religiosas de Sevilla. 1882.

3.- Bermejo y Carballo, José: Glorias religiosas de Sevilla. 1882

4.- Arenas González, Hilario: El Crucificado de Monte-Sión. Diario ABC, 20/3/1973.

5.- Archivo General del Arzobispado de Sevilla. Sección III (Justicia)-Serie Hermandades. Legajo 13, folio 19 recto.

6.- Pleguezuelo Hernández, Alfonso: Crucificados sevillanos del circulo de Pedro Millán. Sevilla, 1981.

7.- Abad Sánchez Gordillo, Alonso: Religiosas Estaciones que frecuenta la religiosidad sevillana. Sevilla 1982.

Texto: Alberto Ramírez Jiménez
Fotografías: José María Millán Simó