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Pregón de la Semana Santa de Sevilla 2006. Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp
EN LAS ENTRAÑAS DE TRIANA
Costaba trabajo bajar porque tenía la sensación de que me perdía algo, pero los “gritos” del mudo de Triana se hacía ya sentir en las alturas. Una vez abajo me quedaba por visitar la cripta. Costaba la visita dos euros en concepto de donativo para seguir restaurando el patrimonio que posee la primera iglesia que fundara Alfonso X El Sabio tras la Reconquista de Sevilla.
Se accede por la Capilla de San Joaquín, ubicada en el muro de la Epístola. De bóveda de cañón, se extiende a lo largo de toda la nave. Ha sido acondicionada para albergar una sala de exposiciones con el ajuar litúrgico y procesional de la iglesia, así como para mostrar las piezas ya restauradas y las que aún tienen que pasar por este proceso de revitalización.
Cuando salí de las entrañas de Triana los fieles se adueñaban del espacio sacro para asistir a la novena. Entre ellos Matilde Coral, que rogará con insistencia porque no le cierren su academia de baile.
Una vez fuera sólo quedaba disfrutar de la noche trianera y del paseo por la Calle Betis.
Velaita de Santa Ana
Triana, faroles sobre el río
puestecitos de avellana, Triana
y tú del brazo mío
Un gitano va cantando, Triana
con globos de colores, Triana
y una vieja pregonando, Triana
pestiños y alfajores.
Calentitos y buñuelos, Triana
que negras tus pestañas, ay niña
que mira, mírame
vamos a ver la cucaña
sentraña, Triana y ole.
Manuel Pareja Obregón
Hoy 25 de julio de 2006, festividad de Santiago Apóstol, inicio esta singladura por el océano de internet. Mi nave lleva por nombre La esfera de Morís por el segundo apellido de mi progenitora, de origen galo y que siempre me ha llamado la atención. Tiene tejida las velas del blanco de la cal del caserío de mi ciudad, sostenidas por mástiles tan enhiestos como las columnas de la Alameda de Hércules. La carta náutica que manejo es tan inabarcable como el mar; está llena de cultura, tradición, fiestas, rarezas y algún que otro siroco. Y cortando el agua en dos una quilla con mucha guasa, con la que escaparemos de la monotonía y la rutina.
Parto hoy del Puerto de Sevilla, el que hace unas semanas dejó con desazón mi primo, el León de las Indias, y al que va a hacer un lustro arribó con ilusión La Criticona. Os invito a que botéis conmigo, con nosotros, este barco que ha sido realizado con el empuje y la insistencia del primero y la mano de obra de la segunda.
Espero encontrar el viento a mi favor soplado por vuestro apoyo y el cielo cuajado de estrellas que comenten la travesía que ahora comienzo.
Elevan rampas, sueltan amarras y un nuevo blog rumbo a ninguna parte.