31 julio 2006

EL GRAN PODER: UNA IMAGEN RESCATADA

La peana del Señor del Gran Poder se ha transformado con el tiempo en un muro de las lamentaciones. Hasta Él llegan cada viernes a poner la cabeza en su Cruz, besar su talón y dejar papeles entre las grietas y rendijas de su basamento con nombres, enfermos, intenciones, sueños incumplidos y amores imposibles. Como si al Señor le hiciera falta el papel cuando nuestros nombres los lleva escritos en la palma de su mano.
(.....)
No se ha ido de este mundo para desentenderse de nuestras penas, no se ha escondido ni tapado sus ojos, Él, el Gran Poder, entre nosotros se queda.
El Gran Poder cuando pasa
no pasa,siempre se queda,
porque está en los corazones
de todo aquel que le reza,
de todo aquel que le mira,
de esas mujeres con velas
que lo siguen cada año
para cumplir su promesa.
Y Él está con los que sufren,
con los que tienen tristeza,
con los que están agobiados
y también con los que enferman,
y en todo el que le acompaña
con cirio y trabajadera.
Que el Gran Poder nunca pasa
no pasa, siempre se queda,
y hay en sus ojos dulzura,
y hay en su rostro pureza
y hay un amor infinito
de los pies a su cabeza
¡y hay una expresión divina
que borra el mal y lo aleja!
Pasan la vida y los hombres
pero el Gran Poder se queda
igual que se queda el aire
que acaricia las veletas.
Pasan las horas, los días,
los meses, las primaveras,
y Él seguirá en San Lorenzo
con túnica nazarena,
con espinas en las sienes,
con la boca ya reseca,
con sus manos doloridas
y con su frente sangrienta,
llevando sobre su Cruz
nuestros pecados a cuestas.
Aunque el mundo esté en su mano
siempre el Gran Poder se queda,
y siendo Dios fue humillado
a pesar de su grandeza,
pero Él con su pisada
siempre avanza aunque no pueda.
Gran Poder del universo,
del sol y de las tormentas,
de lo bueno y de lo malo,
del día y de las tinieblas,
de la vida y de la muerte,
de los cielos y la Tierra.
Gran Poder por la Gavidia,
Gran Poder que nos esperas,
Gran Poder en la mañana
y bajo la luna llena;
Gran Poder que nos escuchas,
que nos perdona y consuela;
Gran Poder de mis anhelos,
obra completa y perfecta,
Gran Poder, Verdad del mundo,
Gran Poder de nuestra Iglesia,
Gran Poder, Luz y Camino
¡Gran Poder de Juan de Mesa!
Pasarán siglos enteros,
y siempre aquí su presencia
entre el costal y el esparto,
y cera color tiniebla
entre un silencio que rompe
el llamador cuando suena.
Ven conmigo, sevillano,
que hoy otra vez es Cuaresma;
Dios me ha dicho que le siga
cumpliendo una penitencia.
Toma el ruán y el rosario
persigue esa tez morena,
tal como lo vio tu madre,
como le rezó tu abuela.
Todo se pare ante Él,
que la noche se detenga
y rezando le aliviemos
la carga de su madera.
¡Venid conmigo, venid!
que su zancada nos lleva
a un paraíso y a un Reino
donde no existen fronteras.
Que el Gran Poder nunca pasa s
u palabra es verdadera
que en su rostro hay un mensaje
de ternura y fortaleza.
Para hacerse sevillano
bajó Dios hasta esta Tierra,
y por eso permanece
donde los vencejos vuelan
donde hasta el aire es distinto
y la Giralda se eleva.
Que el Gran Poder nunca pasa
nunca pasará, navega
andando sobre las aguas
y aquí en Sevilla se queda.


Pregón de la Semana Santa de Sevilla 2006. Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp

28 julio 2006

Una canción en los labios: Gades


He metio en un relicario toita las calles de Cai y he metio en un relicario y se las llevo como ofrenda a la Virgen del Rosario.

Anoche te vi en Santa Maria yo recuerdo a la Perla gitana mia cuando estaba en via mira que pelito, mira que carita, que andares llevaba y flores a tu paso los balcones tiraban.

Que me gustan los tranvías desde Cai a San Fernando Que me gustan los tranvías porque veo navegando los barcos por la bahía.

Tengo un velero, niña que cuando entra por Cai al muelle pesquero, me saluda el mercante y el de pasajero y comentan las olitas mira que andares tiene tan marinero.

Vientecillo de levante tu eres loco y marinero; vientecillo de levante dile a la mujer que quiero que sus besos son mi estandarte.

Tabajo en el pescao y en el tabaco tengo dos trajecitos y unos zapatos dile a tu mare niña, dile a tu mare que tengo 10 reales para gastarme.
Y surcaremos las olitas, los anchos mares y surcaremos las olitas, no habrá quien nos pare y llegamos a la playa del mar de Cai y llevaremos sales donde no hay... Y eso es lo que hay.



Jose Luís Figureo Franco. El Barrio

26 julio 2006

A MI AMIGA ANA


A mi amiga Ana,
la que nunca se cansa,
la que siempre habla
y nadie la harta.

A mi amiga Ana,
la que siempre llama,
de día, de noche
y hasta de madrugada.

A mi amiga Ana,
el teléfono es su arma,
su compañía
y nuestra amenaza.

A mi amiga Ana,
se va un año
y viene otro
pero ella nunca cambia.

A mi amiga Ana,
que todavía nos aguanta
quiero felicitar
el día de su onomástica.

DESDE EL CIELO DE TRIANA



El pasado lunes 24 de julio, y con ocasión de la anual velá que el arrabal sevillano de Triana le tributa a su patrona, la Señá Santa Ana, se organizó en la parroquia que lleva su nombre una visita a las cubiertas, torre campanario y cripta.

En mi afán de convertirme en corresponsal de El León de las Indias, y aunque el sol todavía quemaba el asfalto, era una oportunidad que no podía dejar pasar; extasiarme con la vista panorámica de Sevilla desde la otra orilla.

Cuando entré en la real parroquia ya había gente en los bancos en una espera de oraciones a que comenzara la novena en honor a la madre de la Virgen. La puerta que da acceso al campanario estaba abierta. Una señora de edad avanzada subía delante mía, aunque pronto tuvo que dejarme paso. Asfixiada me dijo que la adelantara, que tenía una prótesis y no le quedaba más remedio que parar el ascenso. Lo cierto es que la susodicha tuvo más valor que el Guerra, porque los escalones eran altos y la pendiente muy inclinada. Creo que le escuché algo de poner un ascensor para subir.

Una vez arriba tenía la sensación de estar en una jaula llena de campanas. Es más, había que sortear una de ellas para acceder a las cubiertas. A dos aguas, seguía el mismo esquema que la planta, con el ábside orientado al Guadalquivir. Por primera vez vi mirarse las dos torres a su misma altura, cara a cara. La catedral de Sevilla y la de Triana separadas por el trazo verde del río. Raro era el individuo que no llevaba una cámara de fotos para captar la luz y el paisaje de corrales y calles estrechas que se pierden.

EN LAS ENTRAÑAS DE TRIANA

Costaba trabajo bajar porque tenía la sensación de que me perdía algo, pero los “gritos” del mudo de Triana se hacía ya sentir en las alturas. Una vez abajo me quedaba por visitar la cripta. Costaba la visita dos euros en concepto de donativo para seguir restaurando el patrimonio que posee la primera iglesia que fundara Alfonso X El Sabio tras la Reconquista de Sevilla.

Se accede por la Capilla de San Joaquín, ubicada en el muro de la Epístola. De bóveda de cañón, se extiende a lo largo de toda la nave. Ha sido acondicionada para albergar una sala de exposiciones con el ajuar litúrgico y procesional de la iglesia, así como para mostrar las piezas ya restauradas y las que aún tienen que pasar por este proceso de revitalización.

Cuando salí de las entrañas de Triana los fieles se adueñaban del espacio sacro para asistir a la novena. Entre ellos Matilde Coral, que rogará con insistencia porque no le cierren su academia de baile.

Una vez fuera sólo quedaba disfrutar de la noche trianera y del paseo por la Calle Betis.

VELAITA DE SANTA ANA




Velaita de Santa Ana
Triana, faroles sobre el río
puestecitos de avellana, Triana
y tú del brazo mío

Un gitano va cantando, Triana
con globos de colores, Triana
y una vieja pregonando, Triana
pestiños y alfajores.

Calentitos y buñuelos, Triana
que negras tus pestañas, ay niña
que mira, mírame
vamos a ver la cucaña
sentraña, Triana y ole.

Manuel Pareja Obregón

25 julio 2006

EL PUNTO DE PARTIDA


Hoy 25 de julio de 2006, festividad de Santiago Apóstol, inicio esta singladura por el océano de internet. Mi nave lleva por nombre La esfera de Morís por el segundo apellido de mi progenitora, de origen galo y que siempre me ha llamado la atención. Tiene tejida las velas del blanco de la cal del caserío de mi ciudad, sostenidas por mástiles tan enhiestos como las columnas de la Alameda de Hércules. La carta náutica que manejo es tan inabarcable como el mar; está llena de cultura, tradición, fiestas, rarezas y algún que otro siroco. Y cortando el agua en dos una quilla con mucha guasa, con la que escaparemos de la monotonía y la rutina.


Parto hoy del Puerto de Sevilla, el que hace unas semanas dejó con desazón mi primo, el León de las Indias, y al que va a hacer un lustro arribó con ilusión La Criticona. Os invito a que botéis conmigo, con nosotros, este barco que ha sido realizado con el empuje y la insistencia del primero y la mano de obra de la segunda.


Espero encontrar el viento a mi favor soplado por vuestro apoyo y el cielo cuajado de estrellas que comenten la travesía que ahora comienzo.

Elevan rampas, sueltan amarras y un nuevo blog rumbo a ninguna parte.