En mi visita fugaz el uno de noviembre del pasado año tomé dos instantáneas que pueden ilustrar muy bien lo que digo. Al principio de la calle el bullicio de la gente, en especial universitarios, entra y sale de las tiendas que jalonan su extensión. Teterías y pastelerías árabes son la especialidad en lo culinario, a la vez que podemos encontrarnos artístas callejeros que reescriben Granada a tinta y pluma.
A medida que vamos subiendo la calle se va ensanchando hasta toparnos de bruces con la Iglesia de San Gregorio, una edificación erigida entre los siglos XVI-XVII sobre el solar de una ermita que fundaron los Reyes Católicos para conmemorar a los mártires cristianos allí enterrados.
Tras cruzar el umbral de su puerta el gentío sonoro se hace silencio claustral y sepulcral. La iglesia estaba vacía y sólo rompía esa ausencia de ruido el tic tac de un reloj que parecía marcar el latido del corazón de esta novicia, que rendía adoración al Santísimo, genuflexa y cubierta de tonos albos que delataban sus inicios en la vida conventual. A pesar de la reja que separa a los fieles del altar, sorteamos el obstáculo para tomar esta fotografía, que contrasta enormemente con la anterior. Exterior e interior en todos los aspectos en una de las calles con más sabor en pleno Albaicín granadino.
Fotografías: Alberto Ramírez
3 comentarios:
Andalucía tiene mucho más que ver, nos quedan muchos rincones que descubrir. Y espero que podamos ser los de siempre los que sigamoslo haciendo... Gracias a vosotros por no dejarme solo aquel día... La Chari me tiró el manto y sore todo gracias a alguien a quien en mis momentos mas bajos los kilómetros no le pesan.
Ahora bien, ten cuidao a quien le haces fotos sin su consentimiento
Un sevillano enamorao de Graná y un granaino enamorao de Sevilla.
Y es que.. tenemos una tierra preciosa.
Saludos desde Granada.
Esta foto me recuerda a la niña de "Los Otros".
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