20 noviembre 2006

UN FIN DE SEMANA CON MUCHO ACEITE


Fui engañado, creyendo que volvería a Granada. Incluso eché los guantes intuyendo el frío de la ciudad de la Alhambra. En cambio, Almería fue el destino de llegada y de salida. A pesar de todo, el León de las Indias supo regar mi sinsabor con el aceite del Cstillo de Tabernas. Para el desayuno, el almuerzo y la cena. Que está lacrao y to. El mejor acite que he tomao, decía. Lo cierto es que no mentía. A dos manos nos vimos por ver el blaco de los platos y relamernos con el pan y el oro de la tierra. Despues de todo algo tenía que tener Tabernas, porque su castillo no es mas que un espejismo encima de una loma.

1 comentario:

Raúl Ramírez dijo...

Qué arte!!!! Te quejarás del oro líquido