Hay miradas que te alumbran.
Hay miradas que te dan el sol,
son como el sol.
Hay miradas llenas de penumbra.
Hay miradas llenas de dolor,
de un gran dolor.
Tus ojitos me encienden la vida.
Tus pestañas abanican mi alma.
Y esa luz, que desprendes cuando miras,
llena de ilusión mis esperanzas.
Letra: David de María
Fotografías: Alberto Ramírez
4 comentarios:
Preciosas las fotos Alberto, no sabía yo q eras tan buen fotógrafo, eh??? Por cierto, ese titular me suena de algo, no crees?? 1besote
Carmen, creeme, pero no se a qué te suena. Lo he titulado así en relación al final con el que se cerraban las cartas antiguamente, además de ser un sentimiento personal. Lo de ser buen fotografo, bueno, creo que un buen equipo hace mucho, así como saber manejar la cámara. Como ves soy una caja de sorpresas, jajajajaja
Su mirada se perdió agachada en la penumbra que nublaba lo profundo de su ser. En su rostro adormitaba el desconsuelo, y la amargura se dejaba notar en sus brillantes ojos ahogados. Un indescriptible dolor brotaba más allá de su pecho de eterna madre reflejado en la palidez de su semblante. Más no hubo dolor que rasgara la suave expresión de su cara. No hubo angustias que su dulzura damnificara. Su pena quedó clavada en lo profundo de su pecho perceptible sólo para el que sufre y busca consuelo en el tibio resplandecer de su mirada.
Publicar un comentario